Desayuno espléndido junto al río

La ubicación del hotel es ideal, a solo pasos del casco histórico y con una vista maravillosa del río. El desayuno era variado, con opciones como quesos y salmón, además de un toque de Prosecco.

Sin embargo, el ruido del tren puede ser una molestia, especialmente para quienes son sensibles a los sonidos fuertes. Mi habitación estaba justo en la parte delantera y eso afectó un poco mi descanso.

La habitación contaba con calefacción, ideal para las noches frías. El baño tenía un calefactor para evitar que estuviera helado.

El hotel necesita una renovación, con muchos muebles apilados en la habitación. Hay alfombra en el suelo que no parece estar limpia. Sin aire acondicionado, el ruido constante de los trenes de carga pasa justo enfrente, lo que puede resultar molesto para quienes son sensibles al ruido.

Qué delicia el desayuno! Era variado y me ofrecieron opciones como leche sin lactosa y de avena. Además, me encantaron los canapés de los bares cercanos, donde encontré auténticas joyas como el Eis Cafe Engel, a solo 0.1 km. ¡El sabor de los quesos locales es simplemente inolvidable!

Aunque el agua no estaba muy caliente para el baño y no había un portero nocturno, nada de esto afectó el buen rollo del hotel. ¡Simplemente se irradiaba buena vibra en cada rincón!

El hotel tiene una buena calefacción en las habitaciones, lo que fue útil durante las noches frías. Sin embargo, el baño era un poco helado y el ruido de los trenes de carga puede ser molesto para quienes son más sensibles al sonido. El desayuno era variado, con opciones agradables como leche sin lactosa y quesos locales, pero la habitación necesitaba una renovación.

La habitación tenía calefacción genial, pero el ruido de los trenes era molesto.